Sobre las palabras y el idioma
Las Palabras. Pablo Neruda
Todo lo que usted quiera, si
señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me
prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo,
las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que
glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen...
Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como
platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas
palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema...
Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las
pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes,
ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas,
como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me
las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como
estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón,
como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la
palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se transladó de
sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que
no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso,
plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar
por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son
antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la
flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua
heredamos de los conquistadores torvos... Estos andaban a zancadas por
las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando
patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos,
con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo
se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a
las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba
arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de
las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las
palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma.
Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron
el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las
palabras.
Pablo Neruda, Confieso que he vivido : memorias.
Anticipando el día del idioma, este texto de las memorias de Pablo Neruda, el poeta chileno que le cantó a América...
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